Resumen: Promover la sostenibilidad en las universidades requiere de diagnósticos para generar estrategias integrales. Por lo anterior, el propósito de esta investigación fue diseñar y validar un instrumento que delimite el grado de atención a los alumnos universitarios con respecto al tema de sostenibilidad. Para su diseño se realizó un análisis del concepto abordado, así como de aportes e instrumentos. Para su validación se sometió a una revisión de prima facie por cinco expertos; posteriormente se aplicó un proceso de juicio con 16 jueces expertos que evaluaron cualitativamente y cuantitativamente la pertinencia y redacción de ítems. Para definir la confiabilidad y adecuación en la comprensión se aplicó a un grupo piloto de 61 estudiantes. En su primera revisión, el instrumento fue aprobado por expertos y efectuaron sugerencias de inclusión de la dimensión impacto socioeconómico; los jueces avalaron la validez de contenido de ítems (V de Aiken>0.75; ICI>0.50). El grupo piloto evaluó como excelente la comprensión de ítems e instrucciones y se obtuvo un valor óptimo de confiabilidad (alfa de Cronbach: 0.8890). Se concluye que el instrumento es válido en contenido, confiable y asequible para monitorear y evaluar la percepción ambiental y de sostenibilidad en estudiantes universitarios.
Palabras clave:confiabilidadconfiabilidad,instrumentoinstrumento,sostenibilidadsostenibilidad,universitariosuniversitarios,validaciónvalidación.
Abstract: To promote sustainability in universities a diagnostic is required to generate comprehensive strategies. The purpose of this research was to design and validate an instrument that limits the degree of attention to university students, regarding sustainability. For its design, an analysis of the concept was carried out, as well as contributions and instruments. For its validation it was subjected to a review by five experts. Later a trial process was applied under 16 expert judges who evaluated qualitatively and quantitatively the pertinence and writing of the items. To define the reliability and adequacy in understanding, it was applied to a pilot group of 61 students. In its first review, the instrument was approved by the experts and made suggestions for inclusion of the socioeconomic impact dimension; the judges endorsed the validity of the item content (Aiken´s V> 0.75, LCI> 0.50). The pilot group evaluated the comprehension of items and instructions as excellent. An optimal reliability value was also obtained (Cronbach’s alpha: 0.8890). It is concluded that the instrument is valid in content, reliable and affordable to monitor and evaluate the environmental and sustainability perception in university students.
Keywords: instrument, reliability, sustainability, university, validation.
Contenido
Diseño y validación de un instrumento para evaluar la formación en sostenibilidad en estudiantes de educación superior
Design and validation of an instrument to evaluate training in sustainability in higher education students
Recepción: 27 Noviembre 2018
Aprobación: 25 Marzo 2019
Adentrarse en la sostenibilidad en esta sociedad globalizada requiere de integrar los procesos del uso racional de los recursos a la vida diaria que impacten en el ser social de las personas y en la sociedad, en la eficiencia del manejo económico, social, tecnológico, de servicios, con cultura emprendedora que construya modelos que ayuden a institucionalizar el conocimiento (Carro et al., 2017). Esto permite que en las universidades, como institución fuente de capital humano a la sociedad, genere la responsabilidad, continuidad y aplicación de saberes profesionales para responder a los requerimientos de formación moral, ética, de naturaleza humana, de civilidad y por consiguiente de visualizar una sociedad igualitaria que trasforme hacia escenarios de un mundo coherente con la racionalidad humana con enfoque de integración (Cantú, 2018), para establecer medidas que ayuden a facilitar la implementación de enfoques ambientales racionales en beneficio de una transformación social activa (Alaña et al., 2017).
En este orden, el concepto de sostenibilidad universitaria se ha definido como una dimensión ética inherente a la docencia en el marco de procesos colaborativos que buscan la participación de la comunidad, que considera la dinámica social y cultural e impone al sujeto su configuración profesional, colectiva, con elementos de empatía, tolerancia, colaboración y responsabilidad para una formación ciudadana (Acosta, 2017). Antezana y Adler (2017), Huerta et al. (2017) e Izarra (2017) indican que este concepto debe abordar una educación que sea incluyente, ética, profesional, dinámica, participativa, con metodología, prospectiva, de respeto a la biodiversidad y a las personas. Esto significa tener apertura al cambio, responder a la sostenibilidad con esquemas colaborativos, búsqueda de aprendizajes reales, relaciones humanas de calidad y, sobre todo, integración universitaria en todos sus niveles; tener la concepción de universalidad que impacte en un mundo con sentido sostenible para que las generaciones presentes tengan conciencia ambiental y las futuras crezcan con ese sentimiento o cultura de un mundo con calidad de vida.
La sostenibilidad universitaria requiere de una atención precisa, sobre todo por los aprendizajes que deben responder a las necesidades de las empresas e incluir estrategias globales transversales con aspectos ambientales, geopolíticos, energéticos, socioeconómicos, para integrar a las organizaciones con la comunidad (KPMG, 2018); principalmente tener la posibilidad de establecer vínculos dinámicos con visión a largo plazo para contribuir al cuidado de la naturaleza, educar y organizar a la sociedad, así como las empresas admitan su responsabilidad y utilicen este concepto como parte de su identidad corporativa para generar atmósferas de corresponsabilidad, en beneficio de los ecosistemas existentes en las diferentes actividades productivas y del misma sociedad. En las universidades, el tema de sostenibilidad parece conocido por todos y debería impactar en forma directa en la relación con la sociedad; sin embargo, para el desarrollo de propuestas es necesario conocer los puntos de vista de los distintos actores involucrados en este concepto y determinar estrategias de seguimiento, coincidiendo con lo propuesto por García et al. (2017), que hace referencia a la percepción de los estudiantes y profesores universitarios para generar propuestas en estos temas.
En el mismo sentido, Mendoza (2016) explica que existen sistemas de autodiagnóstico en sostenibilidad, con el interés de que las instituciones de educación superior (IES) participen en desarrollar esquemas de crecimiento real; hace referencia a que en los últimos cinco años, el uso de sistemas de evaluación como STARS, Green Metric y la red de COMPLEXUS se ha incrementado por ser generadas para esos trabajos y son de acceso abierto, que permite aplicar un programa interno que verifique su estatus en este tema. Por su parte, García et al. (2017) proponen la realización de diagnósticos para comprender y entender cómo la comunidad universitaria, que visualiza la sostenibilidad en áreas de negocios, desarrolle propuestas de educación al considerar ejes como el ambiental, social y económico, aunado a la aplicación de 22 reactivos inherentes a los ejes propuestos. CECADESU (2016) es un organismo que desarrollo y aplicó un cuestionario para determinar si en los planes de estudios universitarios existe la enseñanza o propuestas de la sostenibilidad. Se dividieron en cinco bloques con datos generales, gestión y administración, formación, investigación, extensión y vinculación, con 32 reactivos para conocer su impacto en la educación universitaria.
Sáenz (2017) desarrolló la construcción de un sistema de indicadores de la sostenibilidad en las universidades; se seleccionaron 25 indicadores para elaborar una encuesta común que se está aplicando en un número creciente de países en Latinoamérica. Por su parte, Fernández et al. (2017) implementaron un programa de intervención educativa con el objetivo de aumentar los conocimientos de educación ambiental; se aplicaron cuatro categorías: el conocimiento de la educación ambiental, conocimiento de la degradación de suelos, afectaciones sobre cobertura forestal y contaminación ambiental. Zapata et al. (2017) desarrollaron un instrumento para identificar aspectos de la institucionalización del compromiso ambiental a partir de cinco ámbitos establecidos: gobierno, docencia, investigación, extensión y gestión; su estructura fue la aplicación de 25 preguntas que conducen a obtener información sobre decisiones y acciones institucionales de cada universidad.
Cárdenas (2016) estableció como propósito del instrumento explorar el nivel de incorporación de la dimensión ambiental en las diversas funciones sustantivas de las distintas universidades, que abarcan las diversas funciones propias, como la gestión, formación, extensión e investigación. Flores et al. (2016) evaluaron la responsabilidad social universitaria mediante seis dimensiones: la generación del conocimiento competente y pertinente, distribución social del conocimiento, medio ambiente y campus verde, vinculación, buen gobierno y comunidad universitaria: campo laboral, equidad de género e integración. González (2016) considera la importancia de diseñar un programa de educación ambiental para promover el conocimiento sobre cambio climático, sus impactos y posibles acciones de mitigación y adaptación que contribuya a la sensibilización de la población; para esto se consideraron nueve categorías, como conocimiento, importancia, causas, consecuencias y efectos sobre del cambio climático, además de acciones y medidas para frenar y mitigación, participación de actividades, intercambio de información y fuentes de información sobre el tema.
Obtener opiniones de la sostenibilidad con estos procesos permite considerar eficiencia en la toma de decisiones estratégicas en diferentes ámbitos universitarios, que promuevan el análisis y evidencia, que en la mayoría de las universidades se utiliza en forma incipiente (Acosta et al., 2017). Esto impacta en evaluar el progreso hacia la sostenibilidad en los distintos modelos de enseñanza, aunque se considera que lo ideal es que cada institución genere sus indicadores según objetivos y políticas (Mendoza, 2016), sobre todo porque es necesario que exista validación de contenidos en estos procesos. En la revisión documental desarrollada para este escrito existen solo dos aportes que integran validación de contenido, lo que implica la oportunidad de realizar investigaciones y determinar constructos aplicables a la sostenibilidad.
Torres y Calderón (2016) proponen un instrumento para realizar un análisis exploratorio sobre el nivel de implementación/transversalización de la perspectiva ambiental y de sostenibilidad. Abordan cinco secciones (la gestión institucional, formación académica, investigación, vinculación con la colectividad y gestión de recursos). De estos aportes, un aspecto por señalar es que el instrumento que se reporta deriva de la adaptación de otros existentes (proyecto RISU, PNUMA y ARIUSA) o bien en su construcción no se indica explícitamente algún procedimiento para su validación en términos de contenido. A este respecto, únicamente dos propuestas refieren la construcción y validación por expertos (CECADESU, 2016; Blanco, 2017; García, Hartmann y Martínez, 2017).
En términos generales, los estudios presentados definen aspectos importantes de la sostenibilidad a nivel IES, lo que indica que existe preocupación por definir el impacto de este factor en la educación; sin embargo, se requiere definir las formas de validación estructurales de los instrumentos desarrollados tanto a nivel exterior como en el país. Lo anterior tiene una relevancia significativa, ya que para que un instrumento de evaluación pueda ser considerado formalmente científico deberá ser sujeto a procesos que verifiquen sus propiedades psicométricas fundamentales y que mediante su análisis permitan asegurar la obtención de evaluaciones válidas y confiables en cada uno de sus ítems (Kerlinger y Lee, 2002; Mendoza y Garza, 2009; Cárdenas, 2014), que derivarán en conclusiones coherentes en el estudio (Ventura, 2017) que impactan en la toma de decisiones en los entornos sociales, económicos, políticos y culturales que impulsen el desarrollo sostenible (Pintado et al., 2016).
En forma específica, la sostenibilidad en la educación superior es un reto para las instituciones al ser parte del desarrollo de los seres humanos, por lo que tienen que responsabilizarse para lograr una transición y hacerlo en forma planificada, multidisciplinaria, que ayude a reforzar procesos; si se generan instrumentos de medición, estos deben ser promovidos por actores clave y validados por especialistas, logrando establecer formas de extraer información confiable para definir currículos, registrar asignaturas de sostenibilidad, crear cursos para estudiantes, capacitar a personal de las IES y consolidar investigación de sostenibilidad (Mercado, 2016).
En consecuencia, la presente investigación se enfocó en cubrir las siguientes metas: 1) diseñar un instrumento pertinente y práctico para evaluar si en los procesos de aprendizaje de estudiantes universitarios se incluye la sostenibilidad como tema relevante, que influya en la sociedad del conocimiento y el enfoque socioformativo; 2) el diseño y evaluación de un instrumento como una referencia documental que permita visualizar el interés de los alumnos en estos temas y la aplicación en el aprendizaje en distintas disciplinas universitarias; 3) realizar la validación de contenido del instrumento con un grupo de jueces expertos para determinar su grado de relevancia y coherencia teórica; y, 4) analizar la confiabilidad y adecuación del instrumento a la población objetivo mediante la aplicación a un grupo piloto.
Se efectuó un estudio instrumental, el cual, de acuerdo con Montero y León (2005), consiste en al desarrollo de pruebas y aparatos, incluyendo su diseño y adaptación, así como el estudio y análisis de sus propiedades psicométricas. En el presente se analizaron la validez prima facie, validez de contenido y confiabilidad.
El estudio de validez y confiabilidad del instrumento se llevó a cabo mediante las siguientes fases:
Para la construcción del instrumento y delimitación de indicadores, dimensiones e ítems se consideraron los aportes de Torres y Calderón (2016), CECADESU (2016), Traver y Fernández (2016), González (2016), Mendoza (2016), García et al. (2017),Sáenz (2017), KPMG (2018). Propiamente, el instrumento se diseñó como cuestionario con cinco opciones de respuesta (nulo, poco, regular, bueno, muy bueno) e integró las dimensiones de apropiación del conocimiento, relación universitaria y educación universitaria con un total de 24 ítems (tabla 1). Además de estos ejes esenciales, también se consideraron los aspectos de formación académica, comunidad universitaria, gestión, extensión, investigación vinculación, aspectos ambientales, buen gobierno e impacto socioeconómico (Cárdenas et al., 2015; CECADESU, 2016; Fernández et al., 2017; Flores et al., 2016; González, 2016; García et al., 2017; Sáenz, 2017; Zapata et al., 2017; KPMG, 2018).
Una vez conformado el instrumento, se sometió a revisión por cinco expertos (tabla 2). Para su selección se aplicaron criterios como experiencia en el área de investigación y en la docencia (Juárez y Tobón, 2018). Este proceso se indica como validación de prima facie y tiene por objetivo la verificación de las preguntas o ítems pertenecientes al fenómeno o constructo y su relevancia, así como la forma en que fueron elaborados (redacción) y si son comprensibles (Buela y Sierra, 1997; Garrote y del Carmen, 2015).
La validez de contenido es referida como el grado en que un instrumento de medida mide aquello que realmente pretende medir o sirve para el propósito para el que ha sido construido (Arribas, 2004). En este sentido, el juicio de expertos se ha indicado como la vía de mayor uso para determinar la validez de contenido de un instrumento y tiene el objetivo de establecer los aspectos relevantes del dominio, de manera que en este proceso se consideren ítems no incluidos o se eliminen los considerados como no relevantes (Mendoza y Garza, 2009). En el presente estudio se realizó un juicio de expertos compuesto por 16 jueces (tabla 3), y para su selección se consideran aspectos como grado académico, disciplinas que impactan en el tema de sostenibilidad, sus conocimientos en esta área, experiencia a nivel profesional, en docencia, desarrollo de investigaciones de campo y estudios teóricos, experiencia en la revisión y diseño de instrumentos de investigación (Juárez, Tobón y Jerónimo, 2017).
Se señala que la evaluación de los jueces presentó un enfoque cuali-cuantitativo. Específicamente, para la evaluación cualitativa los jueces pueden emitir sugerencias en extenso de mejora en la redacción o bien eliminar o unir ítems. Para efectuar la evaluación cuantitativa se empleó una escala Likert constituida de uno a cuatro (donde uno corresponde a la evaluación de menor puntaje) para que se evaluara la pertinencia y redacción de ítems y descriptores. Mediante esta valoración se calculó el coeficiente de validez de contenido (V de Aiken) (Penfield y Giacobbi, 2004), así como sus intervalos de confianza al 95% (Bulger y Housner, 2007). El valor mínimo para la aceptación de un ítem como válido fue que el valor del coeficiente fuera mayor a 0.75 (Penfield y Giacobbi, 2004; Bulger y Housner, 2007) y con un límite inferior del intervalo de confianza no menor de 0.50 (Cicchetti, 1994). Si alguno de los descriptores de los niveles de desempeño presentaba un valor inferior al estipulado (i.e. V<0.75 o ICI<0.50) se efectúa una revisión en extenso tomando en consideración los comentarios y sugerencias de los jueces, realizando una mejora a los descriptores, o bien su eliminación.
Posterior a la mejora en el instrumento se aplicó a un grupo piloto compuesto por 61 alumnos de cuatro carreras distintas, compuesta de 49 hombres y 12 mujeres con edad de 17 a 24 años con un promedio de 19 años (tabla 4). Se indica que son universitarios cursando desde tercero a octavo cuatrimestre de licenciatura y técnico superior universitario (TSU). La aplicación al grupo piloto tuvo dos objetivos. El primero fue determinar el grado de comprensión y satisfacción respecto a las instrucciones, ítems, descriptores y tiempo de resolución mediante la encuesta de satisfacción con el instrumento. El segundo fue estimar la confiabilidad del instrumento empleando el coeficiente alfa de Cronbach (Cronbach, 1951) y se consideró lo propuesto por Puycan y Marreros (2017) para su interpretación. A este respecto, este coeficiente se emplea para explorar la magnitud en que los ítems de un instrumento están correlacionados (Celina y Campo, 2005; Alonso y Santacruz, 2015).
Para el presente estudio se aplica (en el caso que corresponda) la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados, referente al título primero de disposiciones generales, capítulo I “Del objeto de la ley”, artículo dos en todos sus apartados (Cámara de Diputados, 2017), aunado a qué nivel de investigación cualitativa. Lo que se busca es la obtención de datos que se convertirán en información para generar unidades de análisis e interpretarlas conforme a los objetivos e hipótesis de la investigación (Hernández et al., 2014). Esto permite evitar el nombre de los entrevistados y se cuide su integridad, aunado a que en las instituciones se cuenta con las condiciones legales para resguardo de la información de los alumnos.
La revisión de los cinco expertos permitió efectuar mejoras para clarificar la sostenibilidad, al concepto de educación ambiental y resiliencia, así como mejoras en redacción con respecto a situar a los alumnos en el contexto. Un aspecto relevante fue la propuesta de anexar la categoría de impacto económico con respecto a los ítems propuestos (tabla 2), que implica la relación de empresa-universidad con proyectos que deben realizarse hacia una educación sostenible. Con esto, se reestructuró el instrumento asignando cuatro dimensiones. La primera es la apropiación de conocimientos con ocho ítems, relación universitaria con ocho ítems, educación universitaria con ocho ítems e impacto socioeconómico con tres ítems, sumando 27 (tabla 5). La modificación y propuesta fue acompañada con aspectos a calificar (nulo, poco, regular, bueno y muy bueno).
En la evaluación cualitativa al instrumento, los jueces expertos efectuaron sugerencias y comentarios, los cuales fueron en su mayoría dirigidos a la redacción de las preguntas, aclarar los conceptos de educación ambiental y sostenibilidad, así como ser concretos en la realización para que el alumno no interprete en forma errónea el concepto. Respecto al análisis de la evaluación cuantitativa, se refiere a que todos los ítems en la categoría de pertinencia y redacción fueron validados (V de Aiken>0.75; ICI>0.5) (tabla 6). Es relevante indicar que todas las sugerencias de los jueces respecto a mejoras en estructura fueron consideradas e integradas con el objetivo de clarificar la redacción e interpretación para el grupo piloto.
El grupo piloto manifestó una excelente valoración en la comprensión de instrucciones, ítems y relevancia de estos, mientras que el grado de satisfacción con el instrumento fue valorado como bueno/excelente (tabla 7). Respecto a la confiabilidad, se obtuvo un valor óptimo (Alfa de Cronbach: 0.8890).
El primer propósito del estudio fue diseñar un instrumento para evaluar el grado de atención a los alumnos universitarios con respecto a la sostenibilidad. En este sentido, el tema es relevante, debido a que establece los aspectos que permiten visualizar la atención de los docentes, los planes de estudio y las instituciones a esta forma de vida que impacta en los sucesos sociales, económicos, educativos, financieros, ecológicos y de formación hacia una sociedad con valores centrados en la ecología y sus componentes, que implica la integración socioformativa como puente para interpretar la realidad y transformarla en oportunidades para el desarrollo humano. A través de esta concepción, el instrumento presentado se conformó de cuatro dimensiones o secciones, como la apropiación de conocimientos, relación universitaria, educación universitaria e impacto socioeconómico, aspectos importantes que influyen en la sostenibilidad en forma directa en nuevos esquemas de atención a las necesidades sociales y de las empresas, los cuales son factores relevantes de acuerdo con las diferentes propuestas analizadas (Cárdenas et al., 2015; CECADESU, 2016; Fernández et al., 2017; Flores et al., 2016; Mendoza, 2016; Torres y Calderón, 2016; García et al., 2017; Sáenz, 2017; Zapata et al., 2017; KPMG, 2018).
Este análisis permitió la integración de los aspectos fundamentales, resaltando en primer término la formación del alumno en sostenibilidad, su aplicación directa, el conocimiento de términos, objetivos y aplicación en el ámbito social. Como segundo aspecto, la atención institucional de integración de la sostenibilidad con la oferta de servicios que influyen en la formación académica, ética y humana hacia los alumnos. Y como tercer aspecto, la integración de los programas de estudio, docencia, vinculación, investigación y extensión hacia esta forma de vida. Finalmente, como cuarto aspecto, la transferencia de los beneficios sociales y económicos hacia una sociedad promotora de cambios hacia un entorno ecológico. Lo anterior incorpora variables que permiten conocer las necesidades en la educación por medio de constructos definidos y generar un desempeño eficiente en el proceso educativo universitario con fundamentos de origen vigentes, como la equidad, democracia, autonomía, libertad, fidelidad, eficiencia, eficacia, pero sobre todo la colaboración de universitarios hacia lo social, aspectos que determinan propósitos de crecimiento significativos para la relación institución-alumnos-sociedad.
Un instrumento de evaluación, para ser considerado formal y científico, deberá ser sujeto a procesos que denoten la validez de contenido y confiabilidad (referidas como propiedades psicométricas fundamentales), y que mediante su análisis permitan asegurar la obtención de evaluaciones válidas y confiables en cada uno de sus ítems (Kerlinger y Lee, 2002; Mendoza y Garza, 2009; Orts, 2011; Cárdenas, 2014) que derivarán en conclusiones coherentes en el estudio (Ventura, 2017). En este orden, es importante señalar que los instrumentos analizados (Cárdenas et al., 2015; CECADESU, 2016; Fernández et al., 2017; Flores et al., 2016; Mendoza, 2016; Sáenz, 2017; Zapata et al., 2017; KPMG, 2018) no indican explícitamente si fueron sometidos a revisión o juicio de expertos, así como de aplicación a un grupo piloto, los cuales son procedimientos mediante los cuales se verifica o valida la prima facie, el contenido de un instrumento, así como la adecuación del instrumento a la población objetivo.
Por lo anterior, las fases metodológicas establecidas en el presente estudio permiten la verificación y delimitación del universo, validación de los ítems/elementos propuestos y la adecuación del instrumento a la población objetivo. De forma específica, la revisión de los expertos permitió la inclusión de dimensiones o secciones de fundamental importancia como impacto económico, así como la mejora en la redacción sobre puntualizar el concepto de sostenibilidad, su aplicación en el contexto, la importancia de inclusión en los planes de estudios y aprendizajes esperados, este proceso comúnmente se reporta como validez de facie y tiene las funciones de verificación de las preguntas o ítems pertenecientes al fenómeno o constructo y su relevancia, así como la forma en que fueron elaborados (redacción) y si son comprensibles (Buela y Sierra, 1997).
Por su parte y como se mencionó, el juicio de expertos es el pilar de la validación de contenido (López y Fachelli, 2015; Sierra et al., 2015; López e Hinojosa, 2016; Traver y Fernández, 2016; Richarte et al., 2017; Juárez y Tobón, 2018; Meroño et al., 2018; Lacave et al., 2015; Sotelo, 2018), que tiene como objetivo establecer los aspectos relevantes del dominio; de manera que en este proceso se consideren ítems no incluidos o se eliminen los considerados como no relevantes (Mendoza y Garza, 2009). En el presente, y haciendo énfasis en aspectos relevantes, se indica el número de ellos, así como la selección que se efectuó, esto brinda robustez y precisión a la evaluación efectuada (Juárez, Tobón y Jerónimo, 2017; Juárez y Tobón, 2018). Respecto al enfoque de evaluación, se señala que el análisis de evaluación cuantitativa y empleo del índice de relevancia (V de Aiken), permitió verificar la pertinencia y redacción de todos los ítems, demostrando la validez de contenido del instrumento, la cual es referida como la representatividad en la definición del constructo, representatividad y claridad del grupo de ítems (Haynes et al., 1995).
Finalmente, y como resultado de las fases precedentes, el instrumento aplicado al grupo piloto mostró su asequibilidad a la población objetivo, ponderada como de buena a excelente en términos de grado de satisfacción con el instrumento, comprensión de las instrucciones e ítems, así como su relevancia de estos últimos. Estos aspectos resultan fundamentales, ya que una inadecuada comprensión de las instrucciones e ítems, pueden afectar las propiedades psicométricas de un instrumento (Lacave et al., 2015). Por su parte, el análisis de confiabilidad reveló valores satisfactorios, indicando que el instrumento produce resultados consistentes y coherentes (Celina y Campo 2005; Soriano, 2014), y se verifica la correlación entre ítems y representación del concepto abordado (Díaz y Leyva, 2013).
Se concluye que el instrumento es válido en contenido, confiable y asequible para monitorear y evaluar la percepción ambiental y de sostenibilidad en estudiantes de educación superior, lo anterior posibilitará la obtención de elementos para monitorear, analizar y proponer, alternativas de integración de la sostenibilidad en las universidades, como comenta Meroño (2018), que estos trabajos son estrategias ante la falta de cuestionarios, para aportar datos de validez, al considerar a los alumnos como un elemento que influye en las instituciones en los nuevos esquemas globales, sobre todo al aplicar la socioformación hacia una educación vivencial, de calidad y de resolver situaciones sociales de impacto..
Las posibles limitaciones del presente trabajo, es revisar las opiniones de docentes y administrativos que influyen en los aprendizajes de los alumnos en diferentes aspectos, desde la educación hacia la ciencia, la sociedad, la transversalidad de materias y programas especiales que logran impactar en la formación universal de las personas, el impacto a la sociedad y sobre todo generar acciones de mejora a largo plazo.