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Estudiantes de educación media superior y vulnerabilidad social, una experiencia de investigación-acción

Higher education students and social vulnerability, a research-action experience

Sandra Vega Villarreal
Universidad Pedagógica Nacional, Mexico

Estudiantes de educación media superior y vulnerabilidad social, una experiencia de investigación-acción

IE Revista de investigación educativa de la REDIECH, vol. 7, núm. 13, pp. 94-106, 2016

Red de Investigadores Educativos Chihuahua, A.C.

Recepción: 18 Febrero 2017

Aprobación: 30 Marzo 2017

Resumen: El presente documento expone los resultados finales de una investigación-acción que se desarrolló en el municipio de Satevó, Chihuahua, con la participación de interventores educativos, investigadores y jóvenes de educación media superior (EMS). Se narra la experiencia construida en el transcurso de dos años a partir de un proceso educativo donde los involucrados pudieron identificar su condición de vulnerabilidad social, específica del contexto local, económica y cultural. El documento hace patente las nociones teóricas y metodológicas que vertebran un estudio de índole transformativo y resalta algunos rasgos de la investigación-acción que se tomaron como base en este trabajo. También se exponen los resultados obtenidos en cada una de las etapas y momentos del proceso educativo. La etapa previa aporta construcciones colectivas que pueden marcar pautas para futuros trabajos de intervención y de investigación-acción.

Palabras clave: investigación-acción, vulnerabilidad social, empoderamiento, transformación.

Abstract: This document presents the final results of a research-action that was carried out in the municipality of Satevó Chihuahua with participation of educational interveners, researchers and young people from EMS. It narrates the experience built-in the course of two years, from an educational process where those involved could identify their social vulnerability condition, specific to the local, economic and cultural context. The document clarifies the theoretical and methodological notions that underpin a study of a transformative nature and highlights some features of the research-action that were taken as basis in this work. The results obtained in each stage and moments of the educational process are also presented. The earlier stage or of collective constructions contribution can mark guidelines for future intervention works and action-research.

Key words: research-action, social vulnerability, empowerment, transformation.

Introducción

La situación social que predomina actualmente a nivel planetario está cargada de desigualdad en las posibilidades de acceso a los servicios de alimentación, salud, educación y vivienda de calidad, mientras una minoría es propietaria de la mayor parte de la riqueza que se produce en el mundo. Esta brecha social ubica a la población en estratos extremadamente polarizados con respecto al acceso a los bienes de consumo básico, pues mientras el 98% de la riqueza está concentrada en un 5% de la población, más de tres cuartas partes vive en pobreza con ingresos de menos de un dólar estadunidense por día (Petras, 2006). De ahí que millones de personas vivan en condiciones de marginalidad social y tiene escasas posibilidades de acceso a los servicios de alimentación, salud, educación y vivienda de calidad. Esta situación los pone en desigualdad de género, discriminación cultural y social. A estos grupos se les considera socialmente vulnerables, pues sus rasgos culturales, sus necesidades económicas, su bienestar físico, emocional y comunitario están en desventaja con la visión que predomina en una sociedad neoliberal que protege a las grandes corporaciones financieras en detrimento de la población más pobre, que es la que enfrenta de forma cotidiana las consecuencias del sistema económico.

Aunque en los discursos políticos globales la atención a la pobreza y a la marginación aparezca dibujada en líneas tenues, es evidente que la situación que enfrentan estos grupos no ocupan un lugar importante en las agendas de política pública. A pesar de que no se pueda esperar que las condiciones de mejoramiento de vida de estos grupos se originen en las esferas de poder, se tiene que buscar un enfrentamiento con los intereses de la clase hegemónica. Esta no es una tarea sencilla, pues esta clase ostenta los controles ideológicos y represivos que permiten la prevalencia del pensamiento único que reproduce sus intereses. Por tanto, los grupos vulnerables tendrán que desarrollar un arduo proceso educativo que les permita hacer consciente su ser y estar en el mundo (Freire, 1990); es decir, la capacidad de problematizar su realidad, identificar su situación de oprimidos y luchar por transformar su realidad y caminar en busca de la emancipación en la construcción de un mundo mejor. Será la investigación-acción la estrategia que permita que los directamente involucrados en la problemática establezcan sus dimensiones, tematicen su naturaleza y con base en sus prioridades desarrollen un programa de acción pedagógica que les permita resolver su problemática concreta y que en este proceso se empoderen como sujetos activos, que cuestionan y denuncian las desigualdades de acceso y las situaciones de injusticia, pero que también trabajan colectivamente para transformar su realidad.

En este contexto se han realizado múltiples esfuerzos en el trabajo educativo con grupos vulnerables para buscar mejorar sus condiciones de vida. Ejemplo de ello es la experiencia de investigación-acción que se reseña en el presente texto, la cual se desarrolló con estudiantes de educación media superior en el municipio de Satevó, Chihuahua.

Para sistematizar la exposición de esta experiencia, se estructura el presente escrito en algunos apartados propios de un reporte de investigación, como son algunos rasgos que definen el objeto de investigación, su delimitación y ejes vertebradores. En otro apartado se explicitan los elementos teóricos y metodológicos que sirvieron de brújula para el desarrollo de los diferentes momentos de la investigación. Finalmente se muestran los resultados, que consisten en reflexiones y acciones construidas de manera colectiva con los jóvenes en las diferentes fases con este tipo de metodología.

A. Los jóvenes de EMS como grupo en vulnerabilidad social

La vulnerabilidad social se encuentra en los debates más vigentes, pues son condiciones sociales que desfavorecen a una sociedad o grupo social determinado. Estas condiciones de desigualdad son producto de una gama importante de condiciones estructurales que se generan a partir del desarrollo económico (Foschiatti, 2012). Pero también se encuentran presentes condiciones no estructurales; es decir, que se generan en contextos específicos debido a las formas de organización comunitaria, a costumbres, tradiciones de las culturas locales y, por tanto, se concretan en las interacciones cotidianas.

La vulnerabilidad social se identifica al comparar las condiciones de un grupo con respecto a otros en lo referente a servicios de salud, educación, una calidad de vida plena y sin violencia, así como a elementos culturales diversos. La desigualdad en el acceso provoca condiciones de desventaja a estos grupos, de inequidad. De ahí que se haga necesario construir procesos educativos dialógicos, horizontales e incluyentes, con poblaciones en condiciones de desigualdad de oportunidades que puedan gestionar de forma colectiva esa realidad adversa que les oprime. Este proceso debe desarrollarse de manera sistemática y permanente, y estar encaminado a problematizar a los participantes para que reflexionen de manera colectiva sobre su situación de desventaja, que construyan herramientas y mecanismos de empoderamiento para actuar sobre la desigualdad (Freire, 1990).

Enfrentar esas condiciones de adversidad a través de procesos educativos emancipadores es un reto, pues requiere condiciones históricas locales muy favorables para que se pueda consolidar una relación de reciprocidad entre el investigador y el grupo social. En nuestro caso se presentaron condiciones muy importantes para que la comunidad sintiera la necesidad de nuestra intervención ante las problemáticas contextuales de índole económica, social y educativa que se estaban enfrentando.

A través de la Secretaría de Fomento Social de la Presidencia Municipal de Satevó, se hizo una invitación a la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (UPNECH) para que se incorporara a las instituciones educativas como interventora ante las problemáticas que la falta de empleo, la llegada masiva de población migrante ante la apertura de minas en la localidad, así como el dominio territorial del narcotráfico y la asunción de conductas específicas por parte de los jóvenes ante estos fenómenos que han derivado en problemas concretos de salud y educación.

A partir de estas preocupaciones se presentó la oportunidad de iniciar un proceso de investigación con alcances transformativos, respaldado por un convenio institucional firmado por el presidente municipal y la rectoría de la UPNECH, pero respaldado por directivos y profesores de la institución, lo cual permitió involucrarnos de manera directa con los jóvenes del Cecytech No. 12, que es una institución de educación media superior perteneciente al Sistema de Educación Media Superior a Distancia (EMSAD) que ofrece bachillerato tecnológico, orientado a impulsar el desarrollo integral de las carreras y especialidades vinculadas con el sector productivo y social del estado de Chihuahua. El plantel se encuentra ubicado en la cabecera municipal de Satevó, pero atiende a estudiantes de diferentes comunidades del municipio, tales como La Boquilla, Los Halcones, La Casita, Mendoceño, El Torreón, Palo Blanco, Valle de Zaragoza, La Joya y residentes de la localidad Satevó. La población son alrededor de 200 estudiantes, que diariamente son trasladados de sus comunidades al plantel, donde permanecen un promedio de siete horas diarias y les representa un espacio de socialización muy importante en su vida, no solo por el tiempo de permanencia, sino por las relaciones sociales que en él establecen.

B. La investigación-acción, algunas directrices

La situación de vulnerabilidad contextual delineada en esta población se hizo explícita de manera inicial por diferentes actores educativos y de instancias de gobierno municipal que acompañan a los jóvenes en su desarrollo profesional y en su vida comunitaria. Las situaciones de vulnerabilidad que identifican de forma inmediata se relacionan con las posibilidades de acceso que tienen los jóvenes a carreras de educación superior, necesidades de información sobre la sexualidad y las adicciones, así como vulnerables a los riesgos del contexto que implican el desarrollo de aspiraciones encaminadas a involucrarse en actividades del crimen organizado; las mujeres en especial se consideran vulnerables a someterse a un contexto machista que les priva de un desarrollo profesional adecuado, que a su vez las coloca en una posición de desventaja económica, cultural y social.

Sin embargo, como investigadores nos quedaba claro que la definición apriorística de las problemáticas no responden a las premisas de una investigación-acción, cuyos supuestos proponen iniciar con un proceso de problematización de la realidad, donde el grupo vulnerable involucrado en ella identifica y define de manera colectiva la problemática que le aqueja. Por tanto, nos planteamos las siguientes preguntas de investigación pensando en un estudio de alcance transformativo, pero sin definir un problema de antemano.

¿Cómo lograr la resolución de la problemática concreta de los jóvenes de EMS en condición de vulnerabilidad social perteneciente al municipio de Satevó? ¿Cuáles son las problemáticas concretas que enfrentan los jóvenes de EMS del municipio? ¿Cómo puede este grupo vulnerable resolver sus problemáticas a partir de un proceso educativo y de transformación social?

De acuerdo con el alcance de las preguntas planteadas y a los principios fundamentales de la investigación a realizar, se buscó alcanzar los siguientes objetivos:

La metodología de la investigación-acción seguida en este estudio concibe a los grupos vulnerables como seres activos, capaces de identificar los problemas, hacerse de las herramientas suficientes para enfrentarlos y resolverlos. Políticamente esto cobra una fuerte relevancia, pues las poblaciones o grupos no están esperando que llegue un experto a decirle cómo es su realidad ni cuáles son sus problemas ni cómo resolverlos. No hay caudillos y seguidores. La investigación-acción provoca que los involucrados tomen el rumbo de su destino, asumiendo las decisiones que consideren pertinentes, así como las consecuencias de sus actos, lo cual conlleva un fuerte compromiso social de todos los implicados.

Esta estrategia metodológica permitió enfrentar la realidad, vista como una totalidad concreta, holística, donde todos los problemas se relacionan y se determinan históricamente por el contexto social. Con ello no se quiere decir que se aborden todos los problemas de la realidad, sino que se destacan aquellos que los involucrados consideran fundamentales, sin que ello impida tener una visión global de la realidad social. Esto implica reflexión-acción-reflexión. Es decir, se trata de un proceso continuo de cuestionamiento a la práctica desde la teoría, y viceversa, la teoría es interpelada por la realidad cotidiana. Es en esto donde radica el nodo del proceso educativo, que estará presente en todo momento durante el desarrollo de la investigación.

El desarrollo investigativo trasciende a la aplicación de técnicas cualitativas o cuantitativas para generar un proceso educativo de construcción de conocimientos para enfrentar la realidad. Para ello es necesario que entre los investigadores y los grupos vulnerables se establezca una relación pedagógica democrática, donde cada uno sea considerado como sujeto con determinaciones históricas, con capacidad de decidir sobre sus acciones e involucrarse en decisiones colectivas de manera consensuada y respetuosa.

Una clave para generar un proceso de investigación participativa es la configuración de los involucrados como comunidad, donde coexisten las diferencias individuales y prevalece la tarea como acción central, que se asume de forma colectiva y vivencial. Por tanto, se limitan los prejuicios y los aprioris en cuanto a la realidad, pues la problemática central surge de la realidad misma, es detectada de forma colegiada entre todos los integrantes de la comunidad o grupo (Álvarez y Gayou, 2005), quienes delimitarán su acción sobre ella, los medios y recursos a utilizar, así como los tiempos y responsables de ejecutarlas. Teniendo presente que independientemente de quiénes realicen la acción, la evaluación será colectiva y se llevará a cabo de manera permanente. Se afirma que esta es la clave de la investigación, pues este procedimiento envuelve un proceso educativo donde los sujetos aprenden a cuestionar la realidad, la denuncian y con las acciones que proponen para transformarla son capaces de anunciar una realidad diferente, nueva, que les permita superar, hasta donde les sea posible, su situación de vulnerabilidad.

Para definir la estrategia metodológica a seguir se partió de las fases de la investigación-acción: etapa previa y etapa de investigación, esta última compuesta por el momento de investigación, el momento de tematización, el momento de programación-acción y el de evaluación, cuyas especificidades se relatan a profundidad en el apartado de resultados.

En resumen, se puede decir que esta estrategia metodológica significa un esfuerzo por asumir los retos de la investigación educativa con grupos socialmente vulnerables, pues en ella se conjugan los elementos epistemológicos y metodológicos que coadyuvan a la superación de desigualdades en grupos marginados con respecto a su raza, género, clase social, capacidades cognitivas, preferencias sexuales y de contexto, como es el caso particular del grupo de jóvenes de EMS. De ahí que esta metodología se plantee como objetivo central, una práctica reflexiva y transformativa de la realidad por los mismos involucrados en ella (Elliott, 2010), que como muestran los resultados expuestos en el presente documento son significativos para el grupo en la problemática sobre la que se incide con este proceso educativo de investigación.

C. Los jóvenes de EMS ante sus problemáticas, su identificación, su incertidumbre

El proceso seguido para la realización del trabajo de reflexión y acción que nos planteamos realizar se consolidó en seis fases, mismas que se llevan a cabo antes, durante y después de la investigación-acción, las cuales no se pueden considerar como un suceso lineal, sino que representan un entramado complejo que se va configurando al caminar. Algunas fases se enriquecen, se entrelazan, cambian o se encuentran con lo avanzado anteriormente, así que la experiencia que aquí se narra tiene que ver con ese proceso de incertidumbre, pues no se puede planear y ejecutar las acciones, sino que se van construyendo, de-construyendo y reconstruyendo de acuerdo con la realidad y con las necesidades e intereses de los agentes sociales involucrados.

Pudiéramos decir –en términos de Yopo (1989)– que para iniciar esta ardua tarea hubo una etapa de preparación previa, en la cual se vive un proceso profundo de formación para la investigación y la participación en ella. Por tanto, hubo tareas específicas donde confluyeron los interventores educativos y los investigadores involucrados, tales como la construcción del marco de referencia sobre la vulnerabilidad social y el trabajo con grupos en esta situación. Asimismo, se trabajó en el ámbito metodológico con los enfoques, métodos y técnicas de investigación, principalmente las de corte participativo, que de acuerdo con las exigencias de la realidad permitirán un acercamiento y transformación de la misma, así como otros ámbitos de formación teórica que coadyuvara a construir las estrategias pertinentes para fortalecer el trabajo con los jóvenes de EMS y sus diversas problemáticas.

El trabajo de formación con los jóvenes se dio principalmente a través de talleres de autoconocimiento, el contexto, problemas sociales que rodean la comunidad y una discusión de nosotros frente a esos problemas. Para ello se recurrió a detonantes de discusión como videos, música, experiencias, entre otros. Esto propició cierta predisposición al trabajo sobre sus problemáticas.

La etapa formativa dio inicio al trabajo participativo, pero no terminó, sino que se vivió durante el desarrollo de la investigación, pues es una necesidad permanente y cambiante, ya que las necesidades y problemas que enfrenta el trabajo participativo no se pueden predecir ni controlar y las herramientas que se van requiriendo se van buscando o construyendo, según sea el caso.

Una vez que se logró la integración dialógica de los participantes en la investigación, se dio inicio al momento de investigación, que fue donde se presentó de forma más intensa la aplicación de diversas herramientas que nos acercaron a la problemática central de los jóvenes. Entre las estrategias desarrolladas estuvieron en primera instancia los talleres comunitarios con una metodología participativa.

Los talleres inician con una discusión donde se clarifican los objetivos y se vierten expectativas de los asistentes sobre un tema a discutir. Posteriormente se desarrolla el círculo de cultura, que consiste en la expresión oral o escrita de necesidades, problemas de los jóvenes en su comunidad, escuela, familia y con el círculo de amigos. Luego de forma abierta y democrática todos vierten su análisis sobre los asuntos que el colectivo considera más pertinente. Cabe señalar que no se descarta ningún asunto; solamente se consensa el orden de discusión.

La información de los talleres se vio complementada con la aplicación de observaciones, entrevistas, cuestionarios y fragmentos de historia de vida. De la información recuperada se detectaron las necesidades, carencias y problemas que los involucrados consideraron importante resolver (Ander-Egg, 2000). Esta identificación de problemáticas duró meses; fue muy complejo delimitar los problemas, cerciorarse de si en realidad eran problemas; concretizarlos en enunciados fue más difícil todavía, por lo que se tuvieron que buscar elementos que ayudaran a profundizar en el conocimiento de las problemáticas esbozadas por la comunidad en los grupos de discusión (Picón, 1986).

A partir de la información recabada se detectaron diversas situaciones de vulnerabilidad presentes en el medio social de los estudiantes y pueden dificultar el acceso a mejores condiciones de vida, o limitar su crecimiento personal, familiar y profesional. Estas problemáticas se sometieron a una profunda discusión con el fin de jerarquizarlas de acuerdo con la prioridad que los involucrados le otorgaban. De ahí que se tuvo que definir la vulnerabilidad social de estos jóvenes en dos grandes rubros en cuyo interior se concentran una serie de problemas que forman parte de un problema mayor.

Entre las necesidades detectadas se identifican algunas de riesgo personal, entre las que destacan los problemas relacionados con la educación sexual. Pero se encuentran también las de riesgo contextual, entre las que sobresale el clima social que envuelve a las adicciones y su impacto en la vida social. La educación sexual y la prevención de adicciones se detectaron como problemáticas centrales que abarcan una serie de dilemas secundarios. La necesidad de educación en la sexualidad de los jóvenes contiene cuestionamientos relacionados con las implicaciones físicas, emocionales, culturales y sociales que el manejo de una sexualidad responsable lleva en sí misma. Véase el siguiente esquema.


Como se puede ver gráficamente, la educación sexual es el centro de una serie de necesidades y carencias que se recuperaron de la voz de los estudiantes, las cuales trascienden el mero hecho de tener sexo, sino que va más allá de la preocupación por un embarazo prematuro, las dudas sobre situaciones relacionadas con su cuerpo, con sus emociones, pero también con las afectaciones en la familia, el rol que la sociedad les impondrá por ello y, por tanto, la incertidumbre de su futuro.

Otro eje importante fueron los problemas concentrados en la vulnerabilidad contextual; se identifica como un elemento importante el riesgo de las adicciones, que envuelve la vida cotidiana de la comunidad. Véase la siguiente figura.


Aunque de manera general se denomina al problema vulnerabilidad contextual, este no se puede explicar sin las necesidades concretas, como son la prevención contra las adicciones, aspecto que necesariamente tendrá que trabajarse con la reflexión y el manejo de las aspiraciones personales y profesionales y con el cuidado y desarrollo emocional de los estudiantes lejos de las adicciones. Estas problemáticas tienen un origen contextual en tanto se derivan de procesos específicos que los jóvenes enfrentan en su entorno inmediato, como es el incremento de espacios donde se consume alcohol, así como el acceso más fácil a las drogas, derivado del fenómeno del narcotráfico. Este fenómeno se ha hecho más patente en la localidad y ha encontrado cobijo entre la población, dadas las carencias económicas y la escasez de fuentes de trabajo alternas. Por tanto, esta es la problemática más profunda identificada por el colectivo.

D. Los jóvenes y la transformación de su problemática concreta

De acuerdo con la propuesta metodológica de la investigación-acción, una vez que se ha sistematizado la problemática se inicia un momento de programación-acción donde, después de un análisis profundo de las diversas aristas desde donde se podrían abordar los asuntos, los integrantes desglosaron cada una de las actividades, contemplando acciones, tiempos, medios, recursos, canales de comunicación, responsables y criterios de evaluación. En este arduo proceso de planeación los participantes designaron su rol en las acciones de acuerdo con sus habilidades y posibilidades personales.

Para abordar las problemáticas presentadas se elaboraron dos programas de atención, relacionado el primero con las del ámbito personal de los estudiantes y el segundo para enfrentar las del contexto social inmediato en que están inmersos los jóvenes. El primer programa giró en torno a la sexualidad en los jóvenes, sus implicaciones físicas, emocionales y sociales. Su objetivo central fue generar reflexión sobre los temas que rodean a la sexualidad desinformada, por lo que se realizó un proceso educativo profundo en el tema a partir de talleres con especialistas, foros de discusión, análisis de videos e intercambio de experiencias con jóvenes de otras instituciones y procedencia distinta.

Más allá de la información consultada y discutida sobre el tema de la sexualidad, se dirigió el análisis hacia su impacto en el ámbito sociocultural, rescatando aportaciones sobre los riesgos de rechazo social y condena cultural a causa de una sexualidad irresponsable. Para ello la estrategia más pertinente para este fin resultó ser el cuidado de un bebé electrónico que facilitó el DIF, y que consistió en vivir de manera muy realista el compromiso que implica cuidar un hijo y las transformaciones que sufre la vida común al verse modificada producto de un embarazo prematuro. El análisis y los aprendizajes vertidos fueron muy ricos a la formación en educación sexual de los jóvenes.

Para trabajar sobre la vulnerabilidad proveniente del contexto se formuló un segundo programa de acción, el cual se inició con un proceso de estudio de las condiciones sociales que rodean a las familias de los jóvenes. Uno de los puntos nodales fue la atención a los riesgos que embisten las adicciones, que están en el centro del ambiente social donde se desenvuelven los estudiantes. En este ámbito se partió de los conocimientos previos que ellos expresaron sobre el tema de las adicciones, así como de las experiencias cotidianas donde ellos las ven como una amenaza.

Dentro de los factores contenidos en las adicciones que los jóvenes consideran como una amenaza se encuentran la indefensión en que los pone el desconocimiento de las drogas, las falsas expectativas de vida que les genera el entorno del tráfico de estupefacientes, ya sea por estereotipos que se les presentan como ideal a seguir, como es el hecho de poseer automóviles de lujo, acceso desmedido al alcohol o los recursos de que disponen quienes se desarrollan en esa actividad. Aquí sobresalió el estereotipo de género que se les muestra a las jovencitas como el sueño dorado, que es el oficio de “buchona”, mismo que tiene que ver con una mujer con un cuerpo escultural, vestida suntuosamente, erótica, cabello rubio y maquillaje muy especializado. Su nombre proviene de un whisky muy caro que consumen los traficantes de droga, y que es uno de sus acompañantes. En este caso la mujer pasa a formar parte de las propiedades y de consumo personal.

El primer acercamiento que reconocen los jóvenes a este mundo lo relacionan con el consumo de droga, con el cual establecen los contactos necesarios para conocer ese mundo, admirarlo y tratar de entrar en él. De ahí que también sopesaron como una de sus tablas de salvación la continuidad de sus estudios a nivel superior, pues con ello se les abrirían espacios que hasta el momento no existen para ellos en su comunidad. Estas reflexiones llevaron al colectivo a buscar un conocimiento profundo de las drogas, adicciones y el impacto físico, emocional, familiar y social que provocan. Para ello se diseñó un programa pedagógico sobre la base de talleres, análisis de documentales, videos y, lo más importante, el diálogo de personas adictas, víctimas del tráfico de droga y familiares de quienes siguieron la ilusión de vida que el narcotráfico les ofreció. Estas experiencias fueron los elementos que más fortalecieron las acciones en torno a forjar esperanzas de vida, acuerdos con la familia y formación de clubes de apoyo a jóvenes en riesgo. La puesta en práctica de las acciones planteadas solo fue posible gracias a la discusión y el análisis de los temas que cotidianamente surcan sus vidas. De ahí que el logro más alto de este trabajo será lo que cada estudiante haya construido y le sirva para trazar con más certeza su futuro.

Conclusiones

El proceso vivido a través de la investigación-acción se puede calificar como un proceso complejo y enriquecedor, pues nos permitió a todos los involucrados recrear la experiencia colectiva a través de un proceso educativo comunitario, donde la mayor utilidad se obtuvo en las interacciones entre profesores, alumnos, padres de familia e instancias de políticas públicas del municipio. Por tanto, la experiencia de investigación puede calificarse como muy alentadora, pues demuestra que por gris que se nos presente el panorama nacional e internacional para los grupos vulnerables, las instancias locales, las escuelas, las comunidades pequeñas y las aulas son espacios que nos permiten iniciar con la construcción de una sociedad más incluyente, donde los problemas y necesidades que aquejan a los marginados social y culturalmente aún importan y son susceptibles de transformarse.

No existen palabras suficientes para describir lo que este espacio de trabajo, diálogo y crecimiento profesional significan para la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (UPNECH), Campus Chihuahua, que fortalece su función como formadora de interventores educativos, con el apoyo de entidades interesadas en mejorar las situaciones problemáticas de sus integrantes, que en este caso son jóvenes en riesgo ante las condiciones contextuales locales.

Este proceso fue muy gratificante desde el papel de investigadora, pues enfrentar la vulnerabilidad vista por un grupo vulnerable, no solo acrecentó mi experiencia y conocimientos sobre la práctica de la investigación, sino que me enseñó que más allá de aplicar técnicas y recoger información para interpretarla, está la necesidad de escuchar a los grupos con los que se trabaja, aprender de ellos y con ellos, pues es la intercomunicación lo que permite desarrollar procesos de investigación con sentido social, que trasciende los ámbitos académicos y que aporta algo relevante a los directamente implicados en la problemática de estudio.

Son muchas los tributos que el desarrollo de este proyecto aportó a todos los participantes, pero una enseñanza en común es que los problemas sociales, culturales y educativos nunca terminan de atenderse, y entonces la investigación-acción es una herramienta muy importante para ello, pues propicia que los grupos vulnerables se reconozcan como seres capaces de entender y transformar su mundo, por lo que una vez empoderados seguirán en el transcurso de su vida sorteando los obstáculos que la difícil travesía por ella les presenta.

La experiencia que en este documento se presenta de manera sintética pretende servir como pauta de acción a futuras estrategias o proyectos para enfrentar la problemática educativa concreta de grupos socialmente vulnerables y aportar elementos para una agenda de las instancias involucradas, pues lo que aquí se informa es, como todos los procesos sociales, algo inacabado.

Referencias bibliográficas

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YOPO, B. (1989). Metodología para la investigación participativa. México, CREFAL.

Notas de autor

Sandra Vega Villarreal. Docente investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua y del Instituto de Pedagogía Crítica. Trabaja las líneas de investigación “Vulnerabilidad social” e “Investigación de la investigación educativa”. Entre sus publicaciones recientes destacan Senderos de la investigación. Diálogos con la realidad educativa (2015) y el capítulo “Investigaciones sobre la investigación educativa 2002-2011” en una publicación editada por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa. Correo electrónico: svegavillarreal@gmail.com
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